Este artículo fue traducido por Soribel Almonte desde un reportaje original de Natalie Weger. To read this story in English, click here.
Después de que Nataly Romero visitará la Universidad de Maryland en una excursión cuando estaba en la escuela primaria, estampó una “M” gigante en su “diario de sueños”.
Romero, cuyos padres son inmigrantes de El Salvador y no fueron a la universidad, dijo que era su sueño de infancia asistir a esta universidad.
Más de una década después, Romero, quien ahora es una estudiante de ingeniería mecánica en su segundo año, se sentó en un mantel de picnic en McKeldin Mall el 8 de noviembre en el Día de la Celebración de los Universitarios de Primera Generación y relató su trayecto al asistir a la universidad.
Romero es parte del 20 por ciento de estudiantes en esta universidad quienes son los primeros miembros de su familia en asistir a la universidad superior, según la oficina de investigación institucional, planificación y evaluación de la universidad. Esta universidad reconoció a estos estudiantes con la celebración de eventos alrededor del campus el 8 de noviembre.
“Estoy orgullosa de ser una estudiante de primera generación”, dijo Romero. “Siento que eso les abre las puertas a más oportunidades a mi generación o a mis hijos”.
El presidente de la universidad Darryll Pines, quien es un universitario graduado de primera generación, dijo en una entrevista con The Diamondback que los estudiantes de primera generación son “los pioneros en sus familias”.
Romero dijo que muchos de sus compañeros, que la mayoría son hombres, tienen padres que son doctores e ingenieros. Su padre es un plomero, Romero añadió.
Ella señaló que esta realidad hizo la transición en asistir a la universidad todavía más difícil.
Romero también enfatizó que aplicar a la universidad fue un proceso estresante porque ella no conocía a nadie cercano que haya asistido a la universidad.
“Me sentí aislada porque parecía que todos sabían lo que estaban haciendo”, dijo Romero. “En cierto punto me tiraron al fuego”.
Ashley Cortez, una estudiante de ciencias y letras de segundo año, quien se transfirió de una universidad en Massachusetts, dijo que sus padres también inmigraron de El Salvador.
Cortez resaltó que cuando fue aceptada a esta universidad, su madre le dijo “hiciste mi sueño en realidad”.
Cortez dijo que sus padres siempre enfatizaron que “la educación es la base para todo”.
Ella recordó a su padre gritándole por haber obtenido una “C” por primera vez en su boletín de calificaciones. Una parte significante de ser un estudiante de primera generación es solucionar los problemas por sí mismo, dijo Cortez.
“Siempre estás caminando en la oscuridad. Ni siquiera sabía que tenía que pagar una tarifa para aplicar a las universidades”, dijo Cortez. “Fue un tiempo muy confuso, pero al final del día, lo resolví como siempre lo hago”.
Cortez dijo que esta universidad ofrece muchas oportunidades para los estudiantes. Ella añadió que espera especializarse en psicología y apoyar a personas como sus padres para ser parte de las bases del activismo.
“Mi papá ni siquiera se graduó de la escuela secundaria”, dijo Cortez. “Por eso, poder graduarme de la universidad y poder cruzar el escenario es una de las cosas más importantes para mí”.
Mu Yuan, un estudiante de letras y ciencias en su segundo año se transfirió a esta universidad de una escuela en China. El padre de Yuan, un ingeniero, siempre le hacía énfasis desde una temprana edad de la importancia del conocimiento tecnológico, lo que incentivó el interés de Yuan en estudiar ciencias computacionales.
Yuan dijo que espera que asistir a la universidad lo ayude a ser más sociable y poder beneficiar a la sociedad.
“Como un universitario de primera generación, tengo más responsabilidad de ser una mejor persona en la universidad”, dijo Yuan. “Necesito hacer algo significativo, útil para la sociedad y para mis padres”.
Varios estudiantes de primera generación también se reunieron en 251 North Dining Hall el 8 de noviembre para una cena organizada por el Residence Hall Association.
Michael Nino-Aguilar, un estudiante de contabilidad en su segundo año quien asistió al evento de la cena, dijo que se sentía orgulloso de caminar alrededor del campus sabiendo que él está “desafiando las probabilidades”.
Nino-Aguilar, quien asistió a una escuela secundaria de preparación para la universidad, dijo que sus padres siempre fueron muy estrictos con respecto a la educación.
“Siento que [mis padres] querían lo mejor para mí. Ellos han estado trabajando desde que eran adolescentes, y saben lo que se siente estar en el extremo más corto del palo”, dijo Nino-Aguilar. “Ellos querían que yo tuviera esa seguridad, y esa seguridad con respecto a la educación”.
Nino-Aguilar dijo que él es el primero entre sus padres y tres hermanas menores de asistir a la universidad. El añadió que aplicar a la universidad fue un proceso estresante, especialmente porque sus padres no saben leer o hablar en inglés.
Un desafío de ser un universitario de primera generación es preocuparse de su futuro y preguntarse si eres “suficientemente bueno”, dijo Nino-Aguilar. Pero él notó que la presión adicional lo motivó a mejorar su desempeño en la universidad.
Vanessa Sandoval, una estudiante de criminología y justicia criminal en su primer año quien también asistió a la cena, dijo que una de sus grandes motivaciones para completar la universidad es inspirar a sus hermanos menores.
A partir de ahora, Sandoval dijo que ella espera ayudar a inmigrantes como sus padres, quienes son de Guatemala y Honduras, al estudiar justicia criminal.
Sandoval dijo que se siente “increíble” asistir a una universidad que reconoce a los estudiantes de primera generación.
“Es esencial entender que los estudiantes de primera generación son muy importantes en la comunidad universitaria”, dijo Sandoval. “Ellos son parte de las personas que están rompiendo con maldiciones generacionales. Ellos son parte de las personas que están empezando una nueva vida para sus familias”.