Este artículo fue traducido por Sofia Garay sobre un reportaje original de Alexa Figueroa. To read this story in English, click here.
Walter Coreas y sus amigos entraron a Pupusería La Familiar una hora antes de que cerrara. Ellos eran ruidosos y revoltosos, a Coreas le preocupó que los echaran.
Pero a cambio, el personal les dio la bienvenida y creó una experiencia amable y cultural para que el grupo disfrute.
Establecido en 2008, Pupusería La Familiar “atenda a los Latinos y los estudiantes de grado de la Universidad de Maryland que buscan aventurarse más allá de su dieta industrial del dormitorio universitario”, de acuerdo al Washington Post.
Y mientras algunos pueden que encuentren el restaurante una “aventura”, otros residentes de College Park, como el estudiante de ciencias de la información y filosofía en su primer año, Bryan Carrillo, lo asocian con su patria.
La pupusería se mantiene fiel a sus raíces Salvadoreñas por hablando en español a sus clientes y personal y mezclando las decoraciones tradicionales y la comida para producir una experiencia cultural auténtica para sus clientes.
Ellos son conocidos por sus pupusas, un plato tradicional Salvadoreño hecho de una tortilla de maíz relleno con rellenos diferentes incluso frijoles, queso, cerdo y pollo. Pero ellos también sirven tamales, enchiladas y otros platos Salvadoreños.
“Yo me siento conectado con mi cultura, principalmente como que está en mi ciudad natal, porque casi todos ahí son Latinos”, dijo Carrillo.
Carrillo dijo que ellos no solo ven a estudiantes de la Universidad de Maryland, sino también a otra gente Latina.
“Eso solo me hace muy feliz porque yo no veo eso cuando estoy dentro de Maryland ya que es [una] institución predominantemente blanca”, dijo Carrillo.
Para miembros de la comunidad como Coreas, la Pupusería La Familiar le permite recuperar el tiempo perdido. Coreas se fue de El Salvador cuando tenía 5 años, así que el restaurante le da la oportunidad de experimentar activamente su cultura.
“Yo vine aquí cuando era muy joven, entonces no pude vivir la cultura obviamente de mi país como la mayoría de las otras personas, por solo ir ahí, es realmente agradable”, dijo Coreas.
El restaurante está localizado fuera del campus en Campus Village Shoppes junto con otros restaurantes culturales como el Hanami Japanese Restaurant y Pho D’Lite Southeast Asian Kitchen.
Para muchos estudiantes en el campus, el restaurante es lejos de sus dormitorios y ellos tienen problemas para encontrar restaurantes cercanos que reflejen su cultura.
Justin Guzman, un estudiante de ingeniería mecánica en su primer año, ha estado en el restaurante dos veces y ahora tiene que tomarse un Uber porque sintió que el sendero arbolado a través de que él caminaba por media hora a la pupusería era peligroso.
“Yo preferiría tener un restaurante hispano cerca”, dijo Guzman. “Yo quiero que añadan más restaurantes hispanos cerca porque la caminata hasta allá es demasiado larga.”
Guzman dijo que como un estudiante de la universidad, necesitas tener en cuenta el tiempo que estás poniendo en viajar para comer, porque ese tiempo podría haber sido utilizado para hacer la tarea.
Cuando llegas al restaurante y vuelves, ya ha pasado una hora, él dijo.
Pero para otros, la comida de alta calidad hace que el viaje valga la pena.
Tyrah Burris, una estudiante de periodismo en su tercer año, vive a 30 minutos de los restaurantes, pero dice que el viaje al restaurante no le molesta. Ella dijo que ella es una fanática de las pupusas de pollo y camarones.
“Típicamente si hay un restaurante genial o un restaurante diferente que yo quiero probar y está como a 30 minutos, yo normalmente estoy dispuesta a viajar hasta ahí”, dijo Burris.
Algunos de los estudiantes sienten como si están atrapados con la comida rápida americana.
Las opciones en el campus incluyen Subway, Chick-fil-A, Qdoba, Moby Dick y otras cadenas de comida rápida, de acuerdo al sitio de web de los Servicios de Cenar.
“La universidad está localizada en una área bastante diversa, yo pienso que la universidad trata de parecer que ellos son más diversos de lo que son en realidad, es básicamente activismo performativo de su parte”, dijo Carrillo.
College Park tiene una población hispana del 15,5 por ciento y una población negra del 18,8 por ciento desde 2019. Sin embargo, cuando mirando a las ciudades cercanas, hay mucha más diversidad. Langley Park tiene una población hispana del 84 por ciento y una población negra del 10,9 por ciento. Hyattsville tiene una población hispana del 36,9 por ciento y una población negra del 29,4 por ciento.
Guzman dice que es importante tener restaurantes en el campus o cerca del campus que representan su cultura porque ayuda a hacer que la comunidad sepa que el campus está trabajando sobre la diversidad.
“Es difícil ser parte de un campus si no hay muchos lugares para que pueda comer, no se siente como mi hogar”, dijo Guzman.