Este artículo fue traducido por Milvian Gonzales desde un reportaje original por Katharine Wilson. To read this story in English, click here.
Keith Webster recuerda a su niñez en Lakeland afectuosamente.
“Yo conocía a todos, y todos me conocían a mí”, dijo Webster.
De pie en la Iglesia Adeventista Brasileña del Séptimo Día de Washington — anteriormente sede de Lakeland High School — el 10 de octubre por la noche, Webster recordó los días de máquinas de discos de las tiendas de conveniencia, los bailes y una comunidad amable a su alrededor.
Lakeland es una comunidad históricamente afroamericana en College Park. Una serie de esfuerzos de renovación urbana de las décadas 1960 a 1980 perturbaron el vecindario muy unido, expulsando a los residentes de Lakeland de su vecindario mientras los desarrollados hacían promesas incumplidas de revitalizar la comunidad.
Ahora, un grupo de estudiantes de posgrado de la Universidad de Maryland están proponiendo un reportaje de informe sobre mejoras necesarias en Lakeland con esperanzas de reconstruir la confianza entre los residentes, la ciudad y la universidad. Este esfuerzo es parte de una curso de planificación comunitaria en la escuela de arquitectura, planificación y preservación de esta universidad.
Esta iniciativa se centra en los deseos de los residentes de Lakeland en la elaboración de soluciones y recomendaciones, según Bi’Ancncha Andrews, estudiante de doctorado en planificación y diseño urbano y regional y asistente docente del curso.
“Sabemos que no podemos revertir esos daños, pero podemos evitar que se produzcan daños futuros y de hecho restaurar la confianza en la comunidad”, dijo Andrews.
La clase de capstone es un esfuerzo conjunto entre el programa Colaboración para el Aprendizaje Activo en Sostenibilidad de la universidad y el departamento de planificación y desarrollo comunitario de la ciudad. Está sucediendo junto con el esfuerzo de justicia restaurativa en todo la ciudad, incluyendo la Comisión de Justicia Restaurativa.
Los estudiantes de posgrado organizaron una conversación comunitaria el 10 de octubre — donde Western hablo — para escuchar habitantes de Lakeland y otras partes interesadas de la comunidad sobre lo que se necesita de la ciudad para lograr justicia restaurativa en el vecindario.
De las 150 casas de Lakeland, 104 fueron demolidas y reemplazadas por casas adosadas y apartamentos para estudiantes de alta densidad a principios de la década de 1970. Se estimó que dos tercios de los residentes de Lakeland fueron desplazados durante el proceso de renovación urbana. Muchos no pudieron regresar debido al aumento del costo de vida y a la llegada de nuevas personas a su vecindario.
Mientras los miembros de la comunidad discuten soluciones en la reunión del 10 de octubre, Webster dijo que los habitantes de Lakeland deberían tener la primera prioridad para comprar casas en Lakeland. Mientras Lakeland nunca volverá a ser lo que fue, dijo Webster, esto podría permitir que regrese el “sabor” de la comunidad.
Webster se mudó fuera de Lakeland cuando él tenía 13 años, unos años antes que el proceso de renovación urbana, pero unos miembros de su familia se mantuvieron ahí. Él ha visto el impacto que la aniquilación de la comunidad dejó en los miembros de su familia que fueron desarraigados de sus hogares incluido un trauma persistente, el dice.
Dwight Brooks, un residente de Lakeland, estuvo de acuerdo con Webster sobre la importancia de priorizar residentes de Lakeland que han vivido durante la renovación urbana entre la propiedad de la tierra y de la vivienda.
“Quiero conservar la tierra, el barro, las casas”, dijo Brooks. “Si no podemos obtener y conservar la tierra y los que todavía tenemos, eso tiene tal efecto.”
Brooks añadió que en el pasado había sido cauteloso a la hora de planificar proyectos. Promesas para el futuro de los vecindarios no han sido conservadas, incluso durante la renovación urbana, él dijo.
Brooks dice que su esperanzas y planes para el futuro para Lakeland preservarán la comunidad, no sólo conmemorar.
“No solo puedes vernos en un recinto de vidrio y decir que solían estar aquí”, dijo Brooks. “Aquí todavía tenemos algo de tierra, algunas casas que tenemos”.
En un esfuerzo de conectar con residentes de Lakeland sobre sus visiones para el futuro de la comunidad, los estudiantes en la clase de capstone examinarán tres posibles caminos para el vecindario: dejarlo como está, hacer reformas o hacer cambios radicales.
Las propuestas y recomendaciones de los estudiantes de posgrado pueden incluir nuevos edificios, carreteras, programas sociales, espacios verdes y más, según Clara Irazabal, director del programa de estudios y planificación urbana del departamento de arquitectura, planificación y preservación de esta universidad. Irazabal imparte el curso capstone.
“La justicia es un principio muy central en nuestra disciplina de planificación urbana”, dijo Irazábal.
El cohorte de capstone de otoño planea aprovechar el trabajo del último cohorte, que identificó cuatro áreas de enfoque para el futuro de Lakeland: adaptación y mitigación del cambio climático, uso de viviendas, desarrollo comunitario e infraestructura y justicia restaurativa.
Para algunos residentes de Lakeland, incluida Ruth Murphy, el trabajo de los estudiantes en esta iniciativa es una posibilidad emocionante en medio de llamados a las partes interesadas de la comunidad, como la universidad, para “cercar la brecha” que han ayudado a crear.
Murphy, quien se mudo a Lakeland en la década de 1980, dijo que le gustaría que la universidad ofrecería matrícula gratuita a los descendientes de aquellos que fueron desplazados de la comunidad durante la renovación durante.
“Yo creo que es crucial ayudar a cerrar la brecha que ayudaron a crear”, dijo Murphy.