Este artículo fue traducido por Mónica Godnick desde un reportaje original de Fiona Roy. To read this story in English, click here.
Comenzando este año, todos los materiales de compostaje tendrán que ser recolectados cuando se sirve comida en los eventos y juntas de la Universidad de Maryland.
Esto es según una nueva ley de Maryland que requiere la separación de desechos alimentarios de otros sólidos en todas las entidades que producen semanalmente más de dos toneladas de restos de comida, o materiales derivados de comida procesada o descartada. A partir de 2024, la ley también aplicará a las entidades que produzcan al menos una tonelada de desperdicio alimentario por semana.
La meta de la ley incluye la prevención de restos antes de que ocurran, la alimentación de personas y animales, el reciclaje de restos de comida no comestibles y la reducción de gases invernadero que se emiten de los vertederos.
Al ser una organización grande, esta universidad está sujeta a la nueva ley y está cumpliendo con su obligación a través de la adaptación y expansión de un programa de compostaje ya existente y voluntario, dijo un representante de la universidad a The Diamondback.
Esta universidad planea agregar más contenedores de compostaje en campus e incrementar la educación para suplementar los esfuerzos existentes de compostaje, dijo el representante. La universidad también va a cuantificar y medir el desperdicio alimentario, gases invernaderos reducidos y más de parte de los esfuerzos, según el representante de la universidad.
Los servicios de comedor o “Dining Services” han priorizado la sostenibilidad en los años recientes, según Bart Hipple, el portavoz de Dining Services.
“Cuando yo comencé, teníamos basureros y un vertedero del comedor. Solo se tiraban las cosas para abajo y caían tres pisos a un gran compactador”, dijo Hipple. “Eso era todo; basura de un solo flujo”.
Ahora, casi no existe el plástico desechable en los comedores. Cualquier cosa que regresa en una bandeja después de que alguien termine de comer puede ser abonada, reciclada o ambos, dijo Hipple.
Sacaron aproximadamente 6.3 millones de pedazos de basura del sistema de residuos cada año después de que los comedores eliminaron las opciones de comida para llevar. Las bolsas de plástico, las pajillas, los utensilios de cocina y más han sido reemplazados por opciones reciclables o abonables, o fueron eliminadas de los servicios de comedores totalmente, no más que lo solicite un socio de una franquicia específica.
“[La ley] más o menos aclara nuestra visión, y realmente nos da un objetivo de perseguir”, dijo Hipple. “Es una dirección en la que nosotros nos estábamos encaminando de todas maneras, y hemos estado [encaminado] por bastante tiempo”.
Además de los comedores, los contenedores de compostaje están ubicados en edificios–– incluyendo el Stamp Student Union – y puesto a lo largo del campus durante eventos especiales como Maryland Day, según el representante de la universidad.
Conformidad con la nueva ley sigue la misión de la universidad de minimizar la generación de desechos sólidos y desviar 65 por ciento del total de residuos sólidos de los vertederos para el 2025. También ayuda a reducir la huella de carbono en general de la universidad.
“Poder mantener los restos de comida fuera del basurero es súper importante”, dijo Job Traunfeld, quien dirige el Centro de Hogares y Jardines de la universidad.
Cuando los restos de comida se descomponen, hay muy poco aire. Eso resulta en la liberación en exceso de gases invernaderos potentes, especialmente el gas metano, dijo Traunfeld.
Cuando los restos de comida llegan a los vertederos, los nutrientes naturales y los ciclos de carbono terminan prematuramente, lo cual contribuye a la producción de gases invernadero, según Stephanie Lansing, una profesora de ciencia ambiental y tecnología para esta universidad.
“Ahora, alrededor de un tercio de nuestros restos de comida se están desperdiciando globalmente, y en Maryland alrededor del 20 por ciento del contenido de nuestros vertederos son restos de comida”, dijo Lansing.
El compostaje, por otro lado, es un proceso natural que ocurre constantemente. Cuando las especies vivas mueren y se descomponen, la materia orgánica de sus restos beneficia al ambiente. El compostaje de materia orgánica en descomposición ayuda a reciclar los nutrientes y mantiene el carbono en el suelo, lo cual mejora la salud de la tierra.
“La interceptación de los restos de comida y luego el compostaje activo de ellos significa que nosotros podemos realmente mitigar el cambio climático, hasta un cierto grado”, dijo Traunfeld.