Este artículo fue traducido por Amanda Hernández. To read this story in English, click here.
Jose, un trabajador de la construcción de 27 años, emigró a los Estados Unidos en 2016 con su hijo buscando asilo. Luego, su esposa y hija más joven siguieron, y la familia se estableció en Maryland. La familia de Jose fue perseguida por organizaciones criminales en Honduras, lo que impulsó la decisión de la familia de buscar una vida mejor en América.
“Mi familia no podía quedarse en Honduras; yo no podía dejarlos”, dijo Jose, cuyos abogados pidieron que él sea identificado sólo por su nombre de pila para proteger su estatus migratorio.
Pero la asimilación y el asentamiento de la familia en la vida estadounidense se truncó en diciembre de 2019. Jose fue detenido por funcionarios del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas por aproximadamente dos meses, lo que afectó gravemente a su familia. Su esposa trabajaba en turnos dobles mientras criaba a sus dos hijos pequeños. Las llamadas telefónicas frecuentes eran demasiado caras y cuando la pandemia comenzó, no pudo verlos.
“Mi esposa tuvo que hacer todo ella sola”, dijo Jose. “Mis hijos también están muy apegados a mí, así que sé que fue muy difícil para ellos estar separados de mí”.
La historia de Jose, sin embargo, no es la única de su tipo. El sistema de detención de los Estados Unidos detiene hasta 500.000 inmigrantes cada año, según Detention Watch Network, una coalición nacional de inmigración. La Coalición por los Derechos de los Inmigrantes del Área Capital reportan que al menos 300 residentes del condado de Prince George son detenidos por ICE en un día cualquiera.
Sin embargo, la representación legal puede afectar significativamente las posibilidades de que un detenido obtenga la residencia legal y evite la deportación. Los inmigrantes detenidos son 10,5 veces más probables de ganar sus casos cuando tienen un abogado, según Eleni Bakst, una abogada de la Coalición CAIR.
En Maryland, varias partes interesadas de la comunidad, como la Coalición CAIR y CASA Maryland, están trabajando para abogar por una legislación estatal que garantice a todos los inmigrantes que enfrentan procedimientos de deportación representación legal.
“Este proyecto de ley garantizaría que todos los inmigrantes, todos los inmigrantes de color en la intersección del sistema de justicia penal y el sistema de inmigración tengan el derecho básico de debido proceso de representación legal”, dijo Bakst.
Si se aprueba, la legislación crearía un programa de representación universal, que estaría disponible en las 23 jurisdicciones del estado. En este momento, el condado de Prince George y la ciudad de Baltimore son las únicas jurisdicciones del estado con programas de representación universal para sus residentes.
Cuando Jose fue detenido, su primer abogada abandonó su caso porque dijo que no funcionaría a pesar de que ya había pagado los honorarios legales, lo que lo dejó en una búsqueda desesperada para encontrar ayuda. Durante su tiempo en el centro de detención, ninguno de los abogados con los que pudo hablar quiso hacerse cargo de su caso porque dijeron que ya tenía un contrato con otro abogado.
Jose perdió sus dos primeras audiencias y pensó que “todo se iba a perder”. Luego, la Coalición CAIR se unió a su caso. No fue hasta la tercera audiencia, donde fue emparejaron con un abogado de CAIR, que obtuvo asilo y fue liberado.
“Ser liberado con mis hijos fue muy emocionante, fue genial”, recordó Jose.
Ahora que la Asamblea General de Maryland se prepara para otra audiencia sobre el proyecto de ley de representación universal, el apoyo al proyecto de ley sigue creciendo y el impacto que podría tener en los inmigrantes y sus familias es aún más evidente.
Bakst, que trabaja en el programa de representación universal de la Coalición CAIR en el condado de Prince George, dijo que la mayoría de los clientes con los que se reúnen han vivido en el estado durante unos doce años.
“Han establecido raíces aquí en Maryland, Maryland es su hogar. Tienen familias aquí, tienen socios aquí, tienen hijos aquí. Tienen trabajos aquí”, dijo Bakst. “Y cuando son canalizados hacia el sistema de deportación, son arrancados de eso”.
Los estudiantes de la Universidad de Maryland también han trabajado para recopilar testimonios para el proyecto de ley. Durante las últimas semanas, Latinxs Políticos Unidos Por el Movimiento y la Acción en la Sociedad (PLUMAS en inglés) han trabajado junto con CASA Maryland para crear conciencia y apoyo para el proyecto de ley.
Michael Mareno, presidente social de PLUMAS, envió un testimonio escrito para el proyecto de ley y expresó que el proyecto de ley aliviaría algunos de los problemas que enfrentan los inmigrantes al tratar de comprender y navegar por un sistema de inmigración complicado.
“Espero que en caso de que se apruebe este proyecto de ley”, dijo Mareno, “nosotros como estado, como comunidad, cambiemos la forma en que miramos a las comunidades de inmigrantes y reconozcamos que no son solo personas que explotamos su trabajo y luego deportarlos”.
CORRECCIÓN: Una versión anterior de esta historia decía erróneamente que José ganó una fianza en su tercera audiencia. Él ganó asilo. Este artículo se ha actualizado.